Nací en Lille en el año en que la palabra “préventeur” entraba en el diccionario francés y el nuevo franco entraba en los monederos.
Las prácticas durante mis estudios de ingeniería en informática y automatización me permitieron entender la interfaz hombre-máquina y sus múltiples consecuencias.
Mi primer trabajo, en la industria siderúrgica, me llevó de la informática teórica a la realidad del terreno. Fue una experiencia cautivadora responder a la pregunta: ¿cómo hacer respetar un procedimiento? La respuesta gira en torno a las personas, los métodos y su aplicación.
Después de una experiencia en el extranjero, en una PYME australiana, conocí a Frank Bird y su pirámide en Atlanta y decidí aplicar la actividad que más une en los negocios: la seguridad.
Primero como consultor SHEQ durante diez años, luego nuevamente como operativo en una planta de SEVESO.
Tras completar mi perfil profesional con temas de comportamiento humano, coordiné áreas de H&S desde la central de grandes grupos en industrias de acero, transporte y telecomunicaciones durante una década.
Todos estos puestos me han confirmado que la cultura de mejora continua requiere trabajar en seguridad, para y con las personas, ayudándose de las herramientas de la filosofía Lean manufacturing.
De ahí la convergencia Safety-Lean: personas, herramientas y su aplicación en el terreno.
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